Medellín, innovación en glorietas

Medellín, innovación en glorietas
/ Juan Carlos Franco
¿Hay alguna entidad que se preocupe y actúe? Hasta ahora, evidentemente, no

Nos referíamos en la columna anterior a la glorieta que la administración Gaviria improvisó en Los Balsos al lado de Santafé y cómo este remedio había resultado peor que la enfermedad, cómo obstaculiza de manera infame la circulación por Los Balsos, que en teoría es una de las arterias más importantes de la ciudad y que, como tal, las autoridades están en la obligación de facilitarle el tráfico. Pero no, aquí las cosas funcionan al revés y por eso no funcionan.

Una glorieta o “round point”, o, si lo prefiere, un “romboy”, normalmente se instala (¿instalaba?) para facilitar y agilizar cruces y cambios de dirección cuando una vía se encuentra con otra en sentido perpendicular:

Uno va por su vía y se encuentra la glorieta justo al frente. Uno debe parar y respetar la prelación de los que ya están dando la vuelta. Uno entra girando hacia la derecha y poco a poco va buscando salida luego de recorrer un cuarto, un medio, tres cuartos o el giro completo.

Las que nos inventaron aquí, fieles desde hace tiempo a la distinción de ciudad innovadora, son diferentes: Uno va por su vía principal y la glorieta no la encuentra al frente, sino sobre el lado izquierdo. No es claro quién tiene la vía: ¿Acaso el que está dando la curva, no muy rápido, y de un momento a otro queda atravesado en mitad de la vía principal? ¿Acaso el que llega por la vía principal, a mayor velocidad, y se acerca tangencialmente a la tal glorieta sin imaginarse que alguien pueda obstaculizarlo?
Gracias a este invento, que más que glorieta es como un retorno grande, tenemos hoy muchos más conductores confundidos en Medellín y sus alrededores. Y, sin duda, más accidentes, congestiones y tensiones.

¿Qué tal el de Sancho Paisa luego del Alto de las Palmas? Es el peor de todos, pues combina de manera muy paisa una vía de altísima circulación con un estacionamiento de restaurante. Todos los vehículos, tanto los que vienen del Alto como los que ya están dando el giro, deben detenerse un tiempo mientras algún cliente sale en reversa. ¿Cómo así que en la mitad de la vía hay un acomodador/vigilante de carros asignando prioridades?

¿Qué tal el del cruce de Los Balsos con El Tesoro? Rara vez el que baja de Las Palmas y sigue hacia El Tesoro tiene en cuenta que hay una glorieta a su izquierda y debería detenerse mientras terminan de girar los que ya están adentro.

¿Y qué tal esas glorietas virtuales que hay por todos lados en El Poblado, diminutos círculos llenos de pintura blanca y que alguna vez pudieron estar demarcados con estoperoles grandes y brillantes pero que al poco tiempo quedaron “muecos” y poco visibles?
El que hay entre el Centro Comercial El Tesoro y Los González existió un tiempo, luego le trataron de borrar la pintura y hoy nadie sabe si existe o no, pues la pintura “borrada” es casi tan visible como la pintura original. Causa permanente de choques, rastrillones e insultos.

Y al de la parte alta de la loma de Alejandría le duraron los estoperoles unos cuantos meses. Hoy le queda uno y, por supuesto, la mayoría de conductores no hace el giro sino que pasa de frente. Tierra abonada para accidentes en una ciudad que debería hacer lo posible por ser menos hostil para sus conductores, propios y visitantes.

En fin, estas miniglorietas pueden ser buena idea, pero si no tienen mantenimiento serio, sería mucho mejor que no existieran.

¿Hay algún contratista que sepa instalar estoperoles que duren? ¿Hay alguna entidad que se preocupe y actúe? Hasta ahora, evidentemente, no.
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