María Mercedes González Cáceres

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María Mercedes González Cáceres
Desde esta semana lidera el Museo de Arte Moderno de Medellín
La primera vez que María Mercedes González visitó la nueva sede del Museo de Arte Moderno de Medellín fue en la exposición del cubano Carlos Garaicoa, a mediados de 2010. Poco se imaginaba esta bumanguesa que dos años más tarde se convertiría en la nueva directora de la entidad.

Hace un par de semanas le fue anunciado su nuevo cargo y esta semana llegó a Medellín para hacer el empalme con la directora saliente, Juliana Restrepo.
María Mercedes es politóloga de la Universidad Javeriana de Bogotá, pero su afición por las artes viene desde temprana edad con dos abuelos músicos y con el descubrimiento de la flauta traversa en una orquesta sinfónica infantil. En la carrera, las materias electivas la fueron encaminando hacia el arte y finalmente su monografía de grado fue sobre el arte como expresión política, mediante la investigación del trabajo del artista alemán Joseph Beuys. Hoy sigue siendo una apasionada por la música clásica, la ópera y el rock, el cine y la lectura o, como se describe a sí misma, una consumidora cultural.
A sus 35 años cuenta con dos maestrías, una en Historia del Arte Argentino y Latinoamericano, de la Universidad Nacional de San Martín, en Buenos Aires, Argentina, y otra en Estudios Mediáticos en The New School, Nueva York. Esta última ciudad es donde María Mercedes residía hasta el fin de semana pasado.
Comparar Medellín con una capital mundial como lo es Nueva York, especialmente en términos de arte, es injusto, pero no es absurdo que la nueva directora venga permeada de esa metrópoli. “Son dos contextos muy distintos, económicos y culturales, pero uno de los frentes en los que se puede aprender mucho de los museos e instituciones sin ánimo de lucro en Estados Unidos es en el fortalecimiento del área de desarrollo y consecución de recursos; allá es una ciencia y es una ardua tarea para hacer continua e insistentemente”, dice la nueva directora.
Sus otros retos serán la realización de la segunda etapa del Mamm, la internacionalización del mismo –que ya inicia con la exposición de la maestra Débora Arango itinerando por Estados Unidos– y la continuación del legado de Juliana Restrepo, a quien María Mercedes reconoce un gran aporte en la reinvención del museo y un alto nivel de calidad en las exposiciones. El sueño de María Mercedes es traer a la serbia Marina Abramovic, una reconocida artista del performance. Pero la tarea para estos primeros días es la inmersión total en el museo y en su cargo, y en la exposición que se avecina del maestro Luis Caballero.

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