De vuelta a la dura realidad vial

Cuando estén en plena operación todos los proyectos 4G, dentro de 5 años, el lamentable tramo de la variante de Caldas ya no tendrá ninguna opción de mejorar.

La edición anterior de esta columna se atrevía a dar un parte optimista sobre el desarrollo de las carreteras en Antioquia en los próximos años. Esto debido a que por fin empiezan a despejarse proyectos importantes, especialmente los 4G. Y a haber circulado, maravillado, por el tramo entre La Pintada y Puente Iglesias, que sí parece de otro país. O al menos, de otro departamento.

No obstante, tras otras circulaciones recientes hay que concluir, no sin dolor, que tanto optimismo resulta exagerado. Un leve contacto con la realidad basta para volvernos a ubicar en nuestra precaria situación vial de siempre.

Cuando uno ve Las Palmas -a pesar de su doble calzada- saturada ya casi todos los días, colapsando con cada roce, choque o volcamiento, cualquier optimismo desaparece. Porque, caramba, ¿qué más le vamos a hacer a esa pobre vía si ya la ampliamos?

¿Que va a rebajar el tráfico una vez entre en servicio el Túnel de Oriente? Puede que sí, pero en un porcentaje mínimo que se vuelve a recuperar en un año. Además, para llegar a la nueva vía habrá que usar, justamente, Las Palmas.

Y sigamos hacia Oriente. ¿Que van a ampliar la variante al Aeropuerto? Olvídelo. Ya se pasó el momento, ya los predios que habría que adquirir costarían más que la vía misma. ¿Van a ampliar la vía hasta La Fe, El Retiro, Rionegro, La Ceja? No se ve intención.

Es triste, pero estas vías de Oriente, que seguro recogen peajes como casi ninguna otra en el país, ni siquiera tienen retornos, medida mínima para controlar flujos y reducir accidentes. Afortunadamente ya hay señales de que se harán dos nuevos en la variante al Aeropuerto, ¡es que no todo puede resolverse a punta de bolardos!

Bueno, pero ¿sí van a construir la vía de Luis Pérez, que iría entre los colegios Theodoro/Vermont y El Tablazo? Fue anunciada con bombos y platillos hace dos años y, como era de esperarse, aun nada de nada.

Entonces como mínimo, ¿un intercambio a desnivel en Indiana? No, tampoco, al menos en esta gobernación ya no ocurrió. Pasaremos varios años más compartiendo tan vital cruce con los parqueaderos de los restaurantes adyacentes a la vía.

Conclusión, excepción hecha de la vía del Túnel de Oriente (no olvidar que no tiene doble calzada), en las vías de Oriente lo único que pasará en los próximos años es el empeoramiento del tráfico.

Qué frustración, ¡qué falta de liderazgo en Oriente!
¿Y qué pasa en el Sur?
Cuando uno toma la variante de Caldas, también ella con doble calzada -luego de sobrevivir once tortuosos años en construcción- y cae en cuenta de que, aún cuando estén en plena operación todos los proyectos 4G dentro de 5 años, este lamentable tramo ya no tiene ninguna opción de mejorar…

Cuando uno avanza más hacia el Suroeste y, después de Primavera, alcanza a entusiasmarse con una excelente doble calzada, que desaparece sin explicación tras solo 3 kilómetros, para retomar la misma vía de hace 50 años (solo que más estrecha, con más huecos, muchísimo más tráfico y ya sin mantenimiento salvo por los “hombres de pala” en los tramos destapados), o cuando se comprueba que en el paso por La Huesera todavía hay muchísima roca y tierra por caer…

Entonces, sí, se comprueba que seguimos en Antioquia. Pero ya no la grande, sino la mezquina, la dormida, la ciega y la atrasada.

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