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Cautela señores, cautela

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Cautela señores, cautela
Aun en momentos de vacas gordas hay que pensar en el futuro

Sin duda uno de los motores más importantes de la economía en Colombia, y en Medellín particularmente, es la construcción. Así se desprende del balance entregado por Camacol a tres semanas de terminar el año. Un primer dato es evidencia irrefutable: el empleo en el sector constructor creció 9 por ciento mensual a octubre de 2012 en Medellín y el Área Metropolitana. En este momento genera 107 mil empleos.

Si alguna zona ha sido testigo directo de todo lo que se mueve alrededor de las edificaciones es El Poblado, pues durante mucho tiempo fue la zona de la ciudad en la que se dio el boom más pronunciado.

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Es increíble la cantidad de licencias de construcción que se aprobaron en la comuna 14 en la década pasada. El total fueron unos escalofriantes 6 millones 691 mil 573 metros cuadrados entre 2004 y 2010. La cresta de la ola estuvo entre los años 2004 y 2007, cuando se llegó a promedios de un millón 100 mil metros cuadrados aprobados por año.

En el 2008 la cifra cayó a cerca de 467 mil metros cuadrados, en gran medida porque muchas fueron las voces que pidieron restricciones legales para las constructoras y sus ansias de llenar cualquier espacio verde con cemento.

Ahora, para preocupación de algunos, los niveles han vuelto a crecer, aunque ya no con el mismo ímpetu. Por ejemplo, en 2011 la construcción de viviendas nuevas cayó en El Poblado el 5 por ciento, mientras que otras zonas de la ciudad y otros municipios empezaron a captar estas inversiones.

Según las cifras entregadas por Camacol, en este momento entre Bello, Envigado y Sabaneta ya superan a Medellín en ventas de vivienda nueva.

Esto quiere decir que la torta se ha ido diseminando por todo el Valle del Aburrá, e incluso La Estrella ha llegado a aumentos hasta del 204 por ciento (en las áreas aprobadas para vivienda).

Por supuesto, la construcción no para y si bien 2011 fue un año récord en Antioquia en este rubro y 2012 no desentonó, 2013 se avizora como un nuevo año histórico.

Los 13.1 billones de pesos que se invertirán en el departamento solo en construcción constituyen un dato alentador que genera optimismo por el dinamismo económico que conlleva, pero la historia ha mostrado que también estas cifras sirven para hacer diagnósticos y reglamentaciones para evitar que se llegue a límites que terminen afectando a las comunidades.

Por ejemplo, es hora de pensar en muchas más construcciones al borde del río, como han recomendado varios estudios, para evitar el colapso de las laderas.

Todos felices por los crecimientos, pero con cautela y aprendiendo del pasado. Esa es la premisa fundamental. Aun en momentos de vacas gordas hay que pensar en el futuro.

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