Mendoza, tierra encantada
Cada vez que llego a una ciudad que no conozco voy a su plaza de mercado, para tener la oportunidad de apreciar la oferta y calidad de productos de la zona. En Mendoza se llama Mercado Central y está localizado a unas cinco cuadras de la plaza principal
Los vinos llegaron a nuestra tierra para quedarse: primero llegaron los franceses, españoles, italianos, portugueses y alemanes; después los chilenos y californianos; a continuación los argentinos y, últimamente, los sur africanos, uruguayos, australianos y neozelandeses.
A un consumidor común lo podrían asaltar fácilmente algunas dudas: ¿y cómo es que se hace el vino? ¿por qué hay unos más caros que otros, si todos provienen de uvas blancas o negras? Estas y otras preguntas más complejas son respondidas fácilmente si se hacen a un sommelier o un enólogo o, mejor aún, visitando una zona vitivinícola y conversando con los responsables de una bodega.
Hoy espero poder contarle a los lectores cómo llegar hasta la zona vitivinícola por excelencia en Argentina: Mendoza, visitar algunas de sus bodegas emblemáticas, disfrutar de su proverbial hospitalidad, de sus vinos y de su gastronomía. El viaje que les comentaré lo hice hace algunos años a partir de Buenos Aires.
Para llegar desde Medellín a Mendoza hay dos opciones principales: vía Buenos Aires o vía Santiago, quedando más cerca esta última, con el atractivo adicional que si la última jornada se hace por tierra se podrá disfrutar del majestuoso cruce de la cordillera, pasando entre valles nevados muy cerca de la montaña más alta de América: el Aconcagua. Entre ambas ciudades existe buen servicio de buses, lo mismo que vuelos diarios. A partir de Buenos Aires se podrá realizar el viaje por vía aérea o por tierra, en éste último caso, bien podría ser en bus o en auto arrendado.
El área metropolitana de Mendoza cuenta con unos 800.000 habitantes y está compuesta por los municipios de Mendoza (capital), Guaymallén, Godoy Cruz, Maipú, Luján de Cuyo y Las Heras; la capital tiene aproximadamente 120 mil habitantes y está cruzada por amplias avenidas y calles con bellos parques intercalados; son típicas las acequias que riegan constantemente las raíces de la gran cantidad de árboles que adornan la ciudad, protegiéndola del inclemente sol de verano. Mendoza está localizada en una zona desértica que, gracias al manejo de aguas de deshielo y a las obras de irrigación realizadas por los inmigrantes europeos, se convirtió en un oasis.
Debido al auge turístico de los últimos años, cuenta con una muy buena estructura hotelera con establecimientos de primer nivel como el Park Hyatt, el Sheraton, el Intercontinental y el nh, con hoteles boutique y otros de menor postín y galoneados con menos estrellas pero que también ofrecen a sus huéspedes servicios de buena categoría; en todos el visitante será atendido con la proverbial y bien conocida amabilidad mendocina. Una visita a http://www.turismo.mendoza.gov.ar dará al lector información adicional sobre la oferta de hotelería, sus comodidades, costos, etcétera
Cada vez que llego a una ciudad que no conozco voy a su plaza de mercado, para tener la oportunidad de apreciar la oferta y calidad de productos de la zona. En Mendoza se llama Mercado Central y está localizado a unas cinco cuadras de la plaza principal (General Paz 262). Todo lo que se ve es apetitoso e invita a ser comprado; los que más me interesaron fueron los puestos que venden productos dulces y frutas envasadas en su almíbar, aceite de oliva de primera presión y una fiambrería y quesería de productos artesanales (Torrent) donde todo lo que se ve despierta el apetito. Una buena opción es hacerse a una variedad de jamones, salamis y quesos variados para hacer una picada, la que se podrá acompañar con un buen Malbec y pan fresco.
Otro lugar imperdible y poco turístico es la confitería 9 de Julio (Garibaldi 31), cuya especialidad son los panes regionales de grasa y sus sandwiches de miga envueltos individualmente en papel engrasado y que pueden tener hasta tres capas (jamón, queso, huevo duro, sardinas, atún, aceitunas, etc.); para mí, estos sandwiches son uno de los mejores “inventos” argentinos.
Si de comer se trata y se quiere disfrutar de la gastronomía local habrá que buscar un sitio donde se empiece con las afamadas empanadas mendocinas, se continué con chivito de Malargüe asado en cruz, y se termine con queso de cabra acompañado con alguno de los dulces regionales. El Malbec será el acompañante para estas exquisiteces. Si se anda en busca de restaurantes específicos, dos buenas opciones son el restaurante 1884 de Francis Mallmann (anexo a la bodega Escorihuela) o el restaurante italiano tradicional de Mendoza: La Marchighiana (Patricias Mendocinas 1550).
Dos de las bodegas principales localizadas muy cerca de la capital, cuentan también con restaurante adjunto a sus instalaciones, siendo necesario reservar previamente para coordinar la visita: Familia Zuchardi (http://www.casadelvisitante.com.ar/esp/casa_del_visitante_es.html o llamando al 0261- 441 0000); y Bodegas Lagarde (http://www.lagarde.com.ar). También puede ser interesante visitar solo bodegas: sugiero hacerlo a las bodegas Alta Vista (http://www.altavistawines.com/ teléfono 0261 496b46 84), que además produce aceite de oliva de muy alta calidad o las bodegas La Rural (http://www.bodegalarural.com.ar Montecaseros 2625, Coquimbito, Maipú), una de las más antiguas y que, además, ofrece la posibilidad de conocer su encantador museo con herramientas y maquinarias relacionadas con la vitivinicultura.
Para terminar, recomiendo visitar al Valle de Uco, localizado a unos 100 kilómetros al sur de la capital. Sus favorables condiciones climáticas han promovido en los últimos años un gran desarrollo para la vitivinicultura; en esta zona, Bodegas Salentein dispone de una acogedora, confortable y hermosa posada (http://www.bodegassalentein.com) donde es posible alojarse y también disfrutar sus servicios de restaurante; muy cerca se encuentra la bodega española O. Fournier (http://www.ofournier.com). Ambas tienen instalaciones de última generación y producen vinos excelentes.
En cada bodega se podrá catar algunos de los vinos de la casa (varietales o de corte), blancos, tintos o rosados y se tendrá la oportunidad de aclarar con los expertos las dudas y preguntas no resueltas sobre el fascinante mundo del vino. Me parece que es una experiencia que bien vale la pena ser vivida!.
Los sitios que he sugerido visitar obedecen a mi gusto personal. Mendoza ofrece incontables opciones para satisfacer todos los gustos y bolsillos.
Buenos Aires, enero de 2011.