CSI, ¿a tus órdenes?
/ José Gabriel Baena
Los muchos y espeluznantes crímenes que podemos ver todos los días, repetidos una y otra vez por culpa del ya ido verano en los programas de TV de “CSI” de Los Ángeles, New York, Miami, ya los podremos tener traducidos al antioqueño, casi que “producidos en vivo y en directo” por medio de las obras de infraestructura de vanguardia que la semana pasada inauguraron en La Alpujarra el Fiscal General de la Nación y el embajador de los Estados Unidos: la Unidad contra las Bandas Criminales, la sub-unidad de Atención a Víctimas (para denuncias, información, procesos y asesoría legal), y, para este cronista, la más interesante de las nuevas oficinas, el Centro de Identificación Humana, que según el embajador McKinley, literalmente “es el segundo laboratorio más moderno del mundo, con la última tecnología para identificación de restos por parte de los forenses” y lo cual hace más rápida la entrega de los cuerpos a las familias. ¿Qué significa esto? Por las películas de las franquicias CSI sabemos que una vez se produce un crimen en tierra o mar se establece de inmediato lo que los forenses llaman “la escena del crimen”, rodeada de cintas amarillas y toda puerta clausurada dentro de los recintos implicados. Una vez los expertos examinan milímetro a milímetro el terreno en busca de cualquier huella o partícula que les pueda servir para la investigación, incluido naturalmente el cuerpo de la víctima –cuando lo encuentran- todo es llevado en bolsas cerradas y selladas, ahora sí, al laboratorio forense propiamente dicho. Si el que acaban de inaugurar en La Alpujarra es tan súper dotado tecnológicamente como el de CSI Miami, los criminales de corbata que abundan en la ciudad podrán empezar a temblar o a pensar en cambiar de terreno. Lo más simple en una búsqueda es el cotejo de ADN y el rastreo digital de identidades, sumado esto a una cantidad de procedimientos de matching o comparación pero sobre todo a la reflexión de los investigadores, especialistas en medicina, física, química, psicología, sobre “qué y por qué pasó esto y aquí en este lugar”. Me refiero más a la serie hecha sobre el CSI Miami –ya fuera de emisión en USA- porque en ella trataron en profundidad los peligrosos ambientes del crimen “latino” en esa ciudad, no en cualquier tugurio –que también los hay- sino en los lujosos ambientes de la mafia, la moda, los programas corruptos de la TV, las “aristocracias” cubanas o portorriqueñas, etc. Uno se pregunta con espanto cómo es posible que en Medellín no se haya podido declarar culpable en algún grado a la persona que lanzó a una niña desde un piso 18 hace pocas semanas, con todas las pruebas ahí, o que a diario pongan en libertad a sujetos que matan a un ciudadano para robarle el auto. Hoy veo en la prensa la nota del joven bailarín muerto por una inyección de silicona en las nalgas: en CSI- NY ya estaría el culpable en condena perpetua. O la noticia del “Degollado joven en el barrio Villatina”. ¿Ya empezó a funcionar el Laboratorio CSI Medellín? Invito con entusiasmo al productor Jerry Bruckheimer para que se dé una pasadita por La Alpujarra y se lleve, y nos deje, algunas ideas.
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