¿Cansado de las rumbas del vecino? ¿No quiere escuchar más sus gritos? ¿Siente que en el piso de arriba caminan en tacones todo el día? ¿Considera que un vecino se excede en quejarse ante la administración de su copropiedad? Estas son algunas de las situaciones que agobian el sano vivir de cualquier persona o familia. Si usted se siente identificado con esas preguntas debe conocer el conducto regular para quejarse, que primero debe ser con el comité de convivencia, encargado de comprobar los hechos y tratar de llegar a un acuerdo entre vecinos. Otro asunto a tener en cuenta es que algunas construcciones no tienen paredes tan finas y eso hace que el sonido de los demás apartamentos se filtre. Un caso reciente ocurre en San Lucas, en el que una familia que habita en un piso alto de un edificio se cansó de las llamadas de los porteros a distintas horas, por los supuestos ruidos de los que informa una vecina del piso inferior, y que para la familia citada han sido exageraciones. “Mis hijas crecieron en medio del silencio, aquí no se puede hacer nada, no podemos invitar amigos y nos toca caminar todo el tiempo en medias. Los porteros nos han llamado a la 1 de la mañana dizque para que paremos el ruido, cuando en realidad estamos todos durmiendo. Además la señora que se queja maltrata verbalmente a mis hijas, entonces no queremos que se vulneren nuestros derechos”, dice la señora de la familia afectada en una carta dirigida a la administración de su edificio. Varios días tardó la administración en pronunciarse, pero luego de que el comité de convivencia investigara y comprobara lo que la familia sustentaba, le enviaron una carta a la señora que llamaba a portería a quejarse para que disminuyera esas acciones, y los porteros recibieron orden de no llamar tan seguido a la familia si en realidad no estaban haciendo ruido. Según la familia afectada, la situación ha mejorado en las últimas semanas. ¿Cómo es el procedimiento? Inspección de policía Cuando los recursos de la copropiedad no son suficientes para mejorar la convivencia entre los vecinos, estos pueden recurrir a la inspección de policía de su jurisdicción, la cual tiene competencia y autonomía para iniciar un trámite de verificación de las quejas en compañía de la Secretaría de Salud. Según Hermes Pineda, inspector 14 B de El Poblado, “de acuerdo con la Ordenanza 18 recibimos a las personas para una conciliación. Exponen sus puntos de vista y si no llegan a un acuerdo y comprobamos los daños y perjuicios, la persona se puede hacer acreedora a una multa económica. Para eso es necesario verificar las quejas y tener testigos.” Agregó el inspector que la multa puede oscilar entre medio salario mínimo a tres salarios mínimos legales mensuales.
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El ruido del vecino
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