En búsqueda de las raíces

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En el Centro de Artes de EAFIT se pueden apreciar los dibujos de José Ignacio Vélez y María Patricia Córdoba. “Soberanía y diseño en la ruralidad. Colombia 1983-2023” es una oportunidad de descubrir la sabiduría y creatividad de nuestro mundo rural.

La libertad que desde el siglo XX se impuso en el arte condujo con frecuencia a que los valores que los artistas persiguieron antes se miraran como asuntos que habían perdido su sentido.

No se trató solo de que el arte hubiera roto con la tradición, sino también de que el público no tenía ya la posibilidad de hacer uso de los esquemas de valor que antes le permitían ubicar su experiencia estética y sus juicios críticos. Se afirmó muchas veces que las vanguardias del siglo pasado eran “la tradición de lo nuevo”; la novedad y la originalidad se erigieron en principios absolutos: parecía que la única garantía de estar frente a una verdadera obra de arte pasaba por afirmar que era algo que nunca se había hecho bajo el sol, una novedad absoluta y, por tanto, sin ninguna duda, una creación.

Carlos Arturo Fernández
Por: Carlos Arturo Fernández

Sobra decir que el sistema mundial del arte y, de manera especial, el mercado internacional, se encargaron de menospreciar a quienes pensaban de manera diferente. Sin embargo, las décadas finales del siglo XX revelaron que esos artistas silenciados estaban más vivos que nunca, justamente en el contexto de eso que definimos como “lo contemporáneo” (en contra de “lo moderno”, representado por las vanguardias). Quizá podría decirse que paulatinamente se cambian los intereses y que muchos artistas ya no se reconocen como “originales” sino que buscan ser “originarios”.

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Puede sonar sutil, pero la diferencia es sustancial. Quien es original se proclama a sí mismo e impone su creación; el originario quiere saber de dónde viene, pregunta por sus fuentes y busca sus raíces, aunque eso signifique ocultamiento porque sabe que, como en el poema de José Luis Bernárdez, “[…] lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado”.

Las obras de María Patricia Córdoba y José Ignacio Vélez buscaron siempre las raíces,
conscientes de los costos que irremediablemente les cobraron los poderes estéticos
predominantes que muchas veces los invisibilizaron. Soberanía y diseño en la ruralidad.

olombia 1983-2023, en el Centro de Artes de EAFIT, reúne casi doscientos dibujos de la que fue su tesis de Diseño Industrial en la UPB, en 1983. A lo largo de varios meses viajaron por Colombia para llegar a las casas campesinas y pedirles a sus dueños que les permitieran conocer los objetos domésticos que los propios habitantes fabricaban, que les contaran sobre su realización y les permitieran dibujarlos. La idea que acompañó esa investigación bien puede imaginarse como un viaje teórico, político, técnico, físico y espiritual en búsqueda de las raíces.

Aún hoy resultaría problematizador que dos jóvenes estudiantes de Diseño Industrial se fueran, como ellos hicieron, por las veredas de Colombia para descubrir las respuestas creativas del mundo campesino a las necesidades cotidianas; lo normal sería buscar una pasantía en una fábrica que desde la ciudad piensa en soluciones a partir de contextos, materiales y técnicas totalmente diferentes. Fue, en efecto, una decisión con la cual Patricia y José Ignacio cuestionaban teórica y políticamente el campo de trabajo de su formación universitaria.

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El estudio es técnico y práctico, no con base en fotografías sino en dibujos precisos, diseños que recogen además los datos de fecha, ubicación, materiales, dimensiones, tiempo requerido para la realización y todo lo necesario para contextualizar el objeto y comprender su funcionalidad y belleza. Y, por supuesto, era también un viaje a la sabiduría y creatividad de nuestro mundo rural.

Un descubrimiento de su extraordinaria riqueza cultural y espiritual.

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