Desde que leí las diferentes noticias y columnas respecto al regalo que le hizo el Club El Rodeo a Medellín, se me generaron dos posiciones encontradas. La primera de ellas es que sí, le agradezco al Club El Rodeo y sus socios por haber sacrificado una posible ganancia que se hubiera generado con la venta de ese predio a constructores y preferir la posibilidad de entregar ese espacio como generador de aire puro y bienestar para la ciudad. Esa declaratoria prohíbe la planeación de proyectos de construcción en la zona, hasta 2027 que se revise el Plan de Ordenamiento territorial
![María Claudia Mejía Gil](https://www.vivirenelpoblado.com/wp-content/uploads/Maria-Claudia-Mejia-Gil.jpg)
Por otro lado, siento un enorme deseo de que ese espacio sea público, porque vivimos en una ciudad que lo necesita. Deseo que el Club realice campañas que acerquen a la población de la ciudad a ese espacio y que logren, de alguna manera, democratizarlo.
El acceso a la naturaleza no debería estar atravesado por membresías a clubes ni por la capacidad adquisitiva de una persona. Gracias Club El Rodeo y espero que este espacio genere una mayor cercanía de los ciudadanos a la naturaleza existente en nuestra ciudad.