El secretario del Medio Ambiente de Medellín, Sergio Orozco, defiende las medidas adoptadas, pese a que no nos libramos de llegar a niveles críticos. “No todas las enfermedades son por la calidad del aire”, sostiene.
Por: Daniel Palacio Tamayo / [email protected]
La última semana fue crítica en materia de calidad del aire en el Aburrá. En Medellín la ciclovía fue cancelada para proteger la salud de los deportistas, la U. de A. y las ligas deportivas suspendieron actividades físicas, el aeropuerto Olaya Herrera presentó demoras de hasta tres horas en su operación por baja visibilidad y hubo estaciones medidoras que marcaron nivel rojo entre el sábado y domingo pasados. Ese escenario obligó a volver a decretar “un pico y placa reforzado” como lo han llamado algunos ciudadanos.
Ante este nublado panorama, conversamos con el secretario del Medio Ambiente, Sergio Orozco. Vivir en El Poblado habló con él después de una rueda de prensa en la que dio unas declaraciones que se han hecho virales (“Nosotros el resto del año no tenemos necesidad de ningún pico y placa, incluso podemos hasta contaminar más”) y que merecieron un llamado de atención del alcalde Federico Gutiérrez, por lo desatinadas frente a la gravedad del tema.
Siempre se dijo que las medidas adoptadas eran de carácter preventivo para no llegar a alerta roja ambiental. Y de todas maneras se llegó. ¿Fracasaron?
“No fueron un fiasco. Funcionaron perfectamente, tal y como lo teníamos planeado. Realmente son las condiciones más críticas y marcadas por el cambio climático. No podíamos saber el día, la hora y la fecha con exactitud, solo sabíamos que eran estas tres semanas de marzo las más críticas. Lo que hicimos fue que en la medida que las condiciones se pusieron más restringidas, nosotros restringimos la circulación”.
Pero el resultado fue igual: tuvimos estaciones en rojo y un estado de alerta.
“Técnicamente no hemos llegado a un estado de alerta. Por protocolo lo debemos hacer con el 50% de las estaciones durante 48 horas en rojo. No tuvimos más de nueve estaciones en rojo durante ese periodo. Lo que hacemos, por pronóstico, es anticiparnos. Entiendo la preocupación de la gente cuando ve una estación en rojo, es alarmante, pero estamos actuando de manera responsable”.
El Plan operacional para atender episodios de contaminación atmosférica (Poeca) tiene un año y ya le tuvieron que aplicar cambios. ¿Por qué razón?
“¿Cuáles cambios?”.
Los que aplicaron en la Junta Metropolitana, antes de la declaratoria del estado de prevención.
“Lo que hicimos fue ponerle unas medidas más restrictivas. Se aplicaron esos cambios porque se necesitaban” (Ver recuadro).
Es decir que este año la situación está más crítica.
“Este año es el más crítico que hemos tenido desde 2015. Ha sido el peor año meteorológicamente. Gracias a las medidas, lo hemos sacado muy bien”.
¿El peor meteorológicamente o porque también hay más emisiones?
“Meteorológicamente. Más emisiones no hay. En PM 2.5 venimos disminuyendo, estamos en los 24 microgramos por metro cúbico y empezamos en los 33. Es muestra de que las cosas se están haciendo bien. Por ejemplo, ya llegamos a la meta que teníamos para 2030”.
¿Antes de 2016, año de la primera declaratoria, cómo eran los niveles de contaminación?
“En marzo de 2015 y de 2014 se tenía un buen número de estaciones en rojo. Nosotros hicimos pública esta información. Lo que decidimos fue afrontar el problema. ¿Nos toca mejorar? Sí. ¿Hacer más cosas? Sí”.
¿Hay un mea culpa?
“Tenemos claro que el pico y placa no es la solución y por eso no lo ponemos todo el año, porque no se necesita. Además trabajamos todo el año buscando otro tipo de soluciones: logramos que Ecopetrol suministre un mejor diesel, estamos trabajando en la mejoría de la gasolina, iniciamos la transición a la movilidad eléctrica. Es un camino que estamos recorriendo y lo estamos haciendo bien, aunque falten cosas por mejorar y haya medidas que incomoden a la gente”.
Expertos aseguran que mejorar el ACPM no es una solución, es prolongar una de las causas del problema. ¿No lo consideran así?
“Esa es la meta del alcalde: ser la capital latinoamericana de la movilidad eléctrica. Lo estamos logrando con 64 nuevos buses eléctricos y una flota de 200 taxis eléctricos. Punto a punto lo estamos haciendo y lo vamos a lograr”.
Una de las alternativas es la movilidad limpia y se ha llamado a dar ejemplo. ¿En su dependencia cuántos funcionarios se mueven en bicicleta?
“Tenemos 92 biciusuarios en la Alcaldía de Medellín, a quienes se les ofrecen parqueaderos y cuentan con una tiquetera para hacer valer los incentivos contemplados en la ley. También tenemos otras estrategias como horarios flexibles y teletrabajo”.
¿Para la toma de decisiones hay articulación con la Secretaría de Salud?¿Que en todo lado haya alguien con tos es solo percepción o qué diagnóstico tiene?
“Estamos completamente articulados y contamos con toda la información desde la Secretaría de Salud, por medio de un sistema de vigilancia ambiental. En estas épocas de contingencia (marzo y octubre) cambia también el tipo de virus, la influenza, y coincide con la época de la contingencia. No todas las enfermedades son por la calidad del aire”.
Ni con medidas complementarias se evitó la contingencia
El 24 de enero de 2019 se aprobó la modificación al Poeca, incluyendo un nuevo parágrafo, que dice: “… se podrán implementar medidas complementarias dentro del nivel de Prevención y de manera gradual con el fin de reducir los niveles de concentración y mantener la calidad del aire en un nivel bueno (verde) o aceptable (amarillo)”.
Pese a esa modificación, en dos oportunidades de marzo un número importante de estaciones de medición de calidad del aire alcanzaron niveles naranja (prevención) y rojo (dañino).
María del Pilar Restrepo, subdirectora ambiental del Área Metropolitana, aseguró que pese a que las tres primeras semanas de marzo son las más críticas, “hay que estar muy atentos” a las condiciones meteorológicas, pues la transición a la temporada de lluvias va hasta abril.
La funcionaria también contó que unas 50 empresas tienen medidas preventivas activas y están obligadas a suspender sus emisiones hasta que demuestren el cumplimiento efectivo de la norma. Agregó que los vehículos inspeccionados en la vía pública tienen un promedio de rechazo del 46%, por lo que solicitó revisar el comportamiento de los Centros de Diagnóstico.
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