Hubo una época en la vida en que los motociclistas andaban sin casco (no cuentan los de ahora, que, en barrios de zonas alejadas, ignoran la Ley y esta no los busca). Hace 21 años, el Tránsito tomó medidas contra la accidentalidad y el primero de octubre de 1997 puso las cabezas en su lugar. Por supuesto, los semáforos se llenaron de vendedores, que ofrecían cascos a 20 mil pesos. Había casi 25 mil motos registradas en Medellín; hoy todo el área metropolitana concentra unas 829.000.