Han sido dos años de conocimiento. Desde Bogotá, llegaron los libros que el equipo de la Librería Lerner quiere y sabe escoger tan bien. Siguiendo el deseo de su fundador, Salomón Lerner, llegaron hasta aquí para quitarse un incógnita: ¿cómo son los lectores, en Medellín? ¿Es posible crear relaciones, negocios y conversaciones mejores alrededor de los libros? ¿La gente en esta ciudad sí compra libros?. Las respuestas han ido llegando a través de las acciones de las personas.
Desde hace unos meses se escuchaban rumores sobre su mudanza. Juan José Gaviria, gerente general, en Medellín, cuenta que finalmente decidieron moverse para estar más cercanos a la gente y con base en lo que muchos de sus lectores y personas cercanas les pidieron. Hasta ahora han estado en la carrera 34 con la 5G 86, Provenza, en un sector donde hay principalmente, restaurantes, bares, hoteles y negocios muy orientados al turismo. Para muchos, llegar hasta ahí, cada día, no fue fácil. Por eso, Juan José y su equipo esperan que ahora, en este espacio nuevo, las personas tengan más facilidades y los acompañen en las actividades que preparan.
“Estamos muy entusiasmados con este cambio y llevamos un tiempo pensando en esto. Queremos que nuestra librería haga parte de la vida diaria, semanal, de las personas. Este nuevo espacio nos gusta mucho porque tendrá más espacio, está conectado con rutas de transporte, el Metro, y además, nuestros visitantes podrán disfrutar de buena comida y bebidas, gracias a la cercanía y alianza con Creppes & Waffles, nuestro vecino. Esta terraza y el espacio interior de la librería ofrecen posibilidades para todas las personas. También será más fácil llegar aquí, para personas en situación de discapacidad, niños y sus familias, y todo aquel que necesite una llegada suave y cómoda”.
Durante estos dos años, en Medellín, y Provenza, la gente de la librería realizó actividades para niños y fue anfitriona de conversaciones con escritores y gente del mundo del libro. También afianzó su relación con los lectores gracias a la presencia de personas como Etilber y Paola (quien ya no está en este mundo y cuya memoria permanece intacta y es agradecida) que se encargaron de responder dudas, aconsejar o conseguir libros queridos.
En este momento, además de la mudanza, trabajan para hacer alianzas con varias instituciones de la ciudad con las que ya están en conversaciones. Esto está inspirado por el espíritu de la librería y en el deseo de lograr que en Medellín, los libros estén presentes en la vida de todos.
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