Tres elementos que recuerdan el valor de Córdova, héroe de la patria

En el Día de la Independencia en el municipio de Concepción, Oriente antioqueño, se le rindió tributo a la memoria del general José María Córdova con tres símbolos históricos: su acta de nacimiento original, uno de sus sombrero y la corona de laurel de oro con la que fue proclamado por su gesta en la batalla de Ayacucho, en Perú.

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El acto, encabezado por el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, tuvo una parada militar con presencia de uniformados del Ejército Nacional, la Fuerza Aérea y la Policía Nacional, en la que se izó el pabellón nacional, se rindió honores a los altos mandos militares y fueron homenajeados los soldados y policías caídos en cumplimiento del deber.

Allí, en el parque principal de Concepción, las autoridades civiles y militares presentaron una ofrenda floral a la estatua del general José María Córdova, uno de los héroes de la gesta independentista de Colombia, Bolivia, Venezuela, Ecuador y Perú, nacido en este municipio del Oriente del departamento.

De acuerdo con historiadores, Córdova participó en batallas decisivas para la independencia de Colombia como la de río Palo, en Caloto, Cauca, el 15 de julio de 1815; la de la Cuchilla de Tambo, cerca de Popayán, el 29 de junio de 1816; la de Apure, el 2 de abril de 1819, en Venezuela, y la de Chorros Blancos, en Yarumal, el 2 de febrero de 1820, que consolidó el triunfo de Boyacá.

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Posteriormente, estuvo en la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, y contribuyó a la derrota del ejército realista español que puso fin al virreinato del Perú. Desde ese momento a José María Córdova se conoce como el “héroe de Ayacucho”.

El general José María Córdova nació en Concepción, en 1799 y se enlistó en 1814 en el Cuerpo de Ingenieros de Antioquia, creado por Francisco José de Caldas. Combatió en las tropas lideradas por José Antonio Páez, Simón Bolívar y Antonio José de Sucre.

La posición crítica de Córdova frente al proyecto centralista bolivariano lo llevó a organizar un ejército en Antioquia que se levantó en armas en 1829 contra Bolívar. Herido Córdova en la Batalla de El Santuario el 16 de octubre de 1829, se retiró a una casa hospital, donde fue asesinado por Rupert Hand, oficial del general irlandés Daniel Florencio O’leary.

Los símbolos de José María Córdova presentes en Concepción

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Los actos de conmemoración del 20 de julio en Concepción contaron con tres símbolos históricos de José María Córdova, los cuales recuerdan la fuerza, el espíritu combativo y el enfoque de descentralización que tuvo el héroe de la patria.

Se trata del acta de nacimiento original -que está en la Casa de la Cultura de Concepción-, el sombrero -proveniente del museo de El Santuario- que utilizó en algunas batallas y la corona de oro -que llegó desde el Museo de Arte de Rionegro, donde reposa, custodiada por la Fuerza Aérea Colombiana-.

El acta de nacimiento

El acta de nacimiento de José María Córdova se encuentra en el municipio de Concepción, donde nació el héroe antioqueño y no solo documenta la llegada al mundo de una persona, sino el inicio de una vida que cambiaría el curso de la historia colombiana.

Este documento histórico, con su tinta y papel antiguos, marca el origen de un líder cuya existencia estuvo destinada a la lucha por la independencia de Colombia. Su nombre en el acta, evoca la figura de un joven que, desde sus primeros días, fue moldeado por un entorno que lo preparó para convertirse en un símbolo de libertad.

El sombrero

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El sombrero de José María Córdova fue utilizado por el General en la Batalla de Ayacucho, en Perú. La valentía del antioqueño fue clave en los triunfos de las batallas de Pichincha y Ayacucho.

Este sombrero es un símbolo de liderazgo y valentía porque lo acompañó en varios momentos de lucha y representa la protección del militar que batalló por la independencia de Colombia.

Cada pliegue y desgaste en la superficie de este sombrero de jipijapa cuenta historias de coraje y sacrificio, reflejo de la determinación de un hombre que no dudó en enfrentar los desafíos para asegurar la libertad de la Patria. Es un emblema de identidad y resistencia de nuestro héroe.

La corona

La corona de José María Córdova no se le otorga por ser de la realeza, sino por el honor y la gloria que dejó al país. Está hecha de oro de 18 kilates y diamantes. Uno de sus lados tiene hojas semejan la palma y otro el laurel.

Representa la inmortalidad de su legado, iluminando el camino para futuras generaciones que se inspiran en su ejemplo de heroísmo y patriotismo. Es un testimonio de respeto y admiración que el pueblo colombiano tiene por su prócer.

Un poco de historia

Un artículo de La Prensa de Oriente titulado La corona de José María Córdova en debate jurídico, nos hace un recuento acerca de la manera como la corona llegó a manos del joven general José María Córdova, considerado como héroe en la batalla de Ayacucho que ratificó la gesta independentista de Perú y Bolivia. https://www.laprensaoriente.info/region/altiplano/rionegro/la-corona-de-jose-maria-cordova-en-debate-juridico/

Después de la Batalla de Ayacucho, en diciembre de 1824, con la cual se selló la independencia de Perú y Bolivia y la coronación misma de la independencia del continente, estando en La Paz, el mariscal Antonio José de Sucre anunció que el Libertador Simón Bolívar se dirigía a ellos procedente de Lima y el ejército patriota marchó en formación con sus jefes al frente: el mariscal Sucre y José María Córdova.

La caravana terminó en la plaza principal de la capital boliviana donde había un solio con tres asientos: uno para Bolívar, que se ubicó en el centro, y otros para Sucre y Córdova. Un sacerdote coronó a Simón Bolívar con un laurel de oro, recamado de piedras preciosas. Pero Bolívar les dijo que “no es a mí, señores, a quien es debida la corona de la victoria, sino al general que dio la libertad al Perú en el campo de Ayacucho”, según reseña la biografía de Córdova escrita por Jaime Arismendy Díaz.

El general Bolívar agradeció a la mítica segunda División del Ejército de Colombia, que formaba en la plaza y le entregó la corona a Sucre. Pero el mariscal tampoco recibió el honor y le donó el ornamento a Córdova por considerarlo el hombre clave de Ayacucho, con las palabras que envalentonaron su división: “armas a discreción, paso de vencedores”.

La joya, según la biografía de Córdova, escrita por Pilar Moreno de Ángel, fue elaborada por un orfebre anónimo que se sometió enteramente al gusto de la época napoleónica, recurriendo a los símbolos usuales para galardonar a los vencedores: oro, diamantes y laureles.

Consta de un cinturón central de 23 milímetros de ancho por un milímetro de espesor, en donde se tejen 24 hojas de laurel y 13 hojas de palma en oro de 18 kilates, con 20 entorchados en hilos de oro, siete florecillas de plata y cinco chispitas de diamante, que pesa unos 554 gramos.

La corona permanece en el Museo de Arte de Rionegro, localizado en el sótano de la Plaza de la Libertad, donde puede ser apreciada por propios y visitantes, de acuerdo con la invitación que reiteradamente hace la Subsecretaria de Cultura Manuela Ocampo.

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