Una medida plausible

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Quizás ahora, cuando se acaba de implementar una novedosa estrategia para contrarrestar la mala y extendida costumbre de estacionar donde está prohibido, el asunto sea a otro precio

A veces es necesario insistir en determinados temas y repetir hasta la saciedad los problemas de un territorio para darles la relevancia que ameritan y recalcar su importancia ante las autoridades pertinentes. En varias oportunidades hemos sido críticos de la Secretaría de Movilidad porque sus acciones y medidas correctivas para enfrentar las dinámicas vehiculares no nos parecen suficientes. Así ha sido el caso, por ejemplo, con la agobiante situación del parqueo de carros y motos sobre las vías de El Poblado.

Ineficaz y poco provechoso ha sido el manejo de esta realidad en el barrio Manila, al que la Administración ha propuesto resolverle el asunto con un sistema de parquímetros, que la comunidad, con justa causa, se resiste a aceptar, pues su interés es quitar los vehículos del espacio público, no que se cobre por el parqueo. El mismo problema de estacionamiento irregular se presenta en las calles 9 y 10, en Astorga, en el sector céntrico de El Poblado, en Lalinde, Ciudad del Río, entre otros. Vías nuevas, objeto de cobros de Valorización como la 43 C, entre las calles 10 A y 5, permanecen buena parte del tiempo con un solo carril disponible debido a la ocupación abusiva que muchos carros hacen de ellas. Lo mismo pasa con la 43 F, entre calles 14 y 12, carrera que la empresa Cinco S.A.S, contratista de Claro, usa como un gran parqueadero. Los ejemplos cunden. Finalmente, más que vías se han construido parqueaderos.

No sorprenden entonces las cifras que ofrece la Secretaría de Movilidad de comparendos por mal parqueo durante 2014: 28.967. En lo que va de 2015 se han realizado 11.726. Pero han sido insuficientes.

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Quizás ahora, cuando la Secretaría de Movilidad acaba de implementar una novedosa estrategia para contrarrestar la mala y extendida costumbre de estacionar donde está prohibido, el asunto sea a otro precio: la implementación de cámaras móviles de fotodetección. La detección se realiza mediante un vehículo dotado con una cámara que permite enviar comparendos a quienes infrinjan la norma, aplicando el mismo proceso existente de fotomultas. Hasta el viernes 1 de mayo la medida es pedagógica, y a partir del lunes 4 de mayo empiezan las sanciones que duelen directamente en el bolsillo. De acuerdo con el Código Nacional de Tránsito, estacionar en sitios prohibidos se multa con 15 salarios mínimos diarios legales vigentes, lo que equivale a 322.170 pesos.

Si bien un vehículo no será suficiente, es plausible que surja como iniciativa. Triste aceptarlo, pero se ha constatado cómo las sanciones de carácter económico son las que más dan resultado en nuestro medio. Hace 10 años, quienes usaban el cinturón de seguridad eran una minoría, ahora casi nadie concibe la idea de conducir ni viajar como pasajero sin usarlo. Lo mismo se ha hecho evidente, en tiempos más recientes, con los excesos de velocidad y el consumo de bebidas alcohólicas antes de manejar. Solo cuando las multas se empezaron a aplicar sin contemplaciones, los conductores desobedientes decidieron acatar la norma.

Seguro las fotodetecciones móviles vendrán acompañadas de las inconformidades de algunos de los multados por posibles inconsistencias en el reporte o en la distribución de las multas; surgirán las dudas sobre su funcionamiento y habrá voces de oposición. Todo ello tan válido y necesario como la reeducación de los conductores en el uso del espacio público.

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