“La gente me dice que ha visto a algunos de mis personajes”

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En su nuevo libro Esteban Carlos Mejía les dio a sus creaciones la capacidad del rebusque, para que se sacudieran la tinta y el papel y pudieran ser leídos como de carne y hueso
Fotos Sébastien Herbiet y Laura Montoya

Por Laura Montoya Carvajal
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Esteban Carlos Mejía despertó en Tolú con el nombre en la cabeza, recién soñado: Esos besos que te doy. De los taxis, sus caminatas, conversaciones, otros sueños, los libros y las voces de internet le llegaron los detalles y las escenas: luego, mínimo 20 minutos cada día, durante casi 5 años, se sentó a escribirle y reescribirle fantasmas a una Medellín ficcionada, donde Víctor Yugo, Alabama Faulkner, Consolata, Luisa, Toñalzate, Juanete y otros viven la idea de esta nueva novela: el rebusque.

Alabama, en realidad Martha, es una mujer hermosa, modelo de ropa interior, que edita la revista de música The Flood gracias a un mozo con el que se acuesta; Juanete Anzoátegui cambió por dos mil pesos y unos pedazos de pizza su libro Los misiles de Cock Hut o Las mercedes de Dios, obra inconclusa; Toñalzate es contrabandista y gay, seguidor de la transubstanciación holística y Víctor Yugo, “pícaro con suerte”, busca a las mujeres para acostarse con ellas y termina queriéndolas a todas.

“Mis novelas muestran personajes que están viviendo su sexualidad de una forma abierta, pero desgarrada, todos están al rebusque”, explica el autor.

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Y es que la historia de Víctor, sus amigos, madre y amantes se ve complementada y atravesada por otra, la que escribió Juanete Anzoátegui, por lo que la novela contiene dentro apartes otro texto literario. “Al final todos los hilos se entrecruzan”.

El escritor explica que, a la hora de trabajar en una novela, confía en su inconsciente y en que las cosas vayan llegando. Así se ha llevado sorpresas: Consolata cambió el rumbo de su novela, poniendo un final que Esteban no se imaginaba. Alabama, por su parte, pasó, después de contar su historia, de ser “solo un encarrete” a tomar parte importante en la narración.

Con detalles, nombres comunes y actitudes propias de vivir en Medellín, el escritor busca otorgar a sus personajes verosimilitud, en su opinión lo más importante en una novela. “Me gusta que se sientan de carne y hueso”. Y dice que lo ha logrado: “La gente me dice que ha visto a algunos de mis personajes o que ha estado en su casa. Me emociona profundamente”.

Este es el segundo libro de la trilogía De espaldas a Medellín. El primero, I love you putamente fue publicado en 2007. “Yo escribo del Medellín que conozco, es un conjunto de ciudades, una ciudad fantasmagórica”, considera Esteban. La tercera novela, En la punta de tu lengua, está en proceso y tendrá “la estructura más ambiciosa que me he propuesto”, en la que diferentes personajes entrecruzan sus voces para hablar de su presente y su pasado.

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